miércoles, 7 de mayo de 2008

DESOLACIÓN


Si bien es cierto que una persona no muere nunca del todo, sino que permanece en aquellos que le quisieron y siguen queriéndole, es indudable que la muerte borra a la persona totalmente. De un día para otro, se pasa a la nada más absoluta. Todo lo que se dejó por hacer o por decir , así permanecerá por siempre.

La muerte es lo único que no tiene remedio, no evoluciona, ni cambia. Es rotunda y tajante, no tiene vuelta atrás, es atroz y cruel. Se nos lleva lo que más queremos sin piedad ni contemplaciones, no sabe de edades. Y parece importarle muy poco en que estado quedamos los que permanecemos aquí, sin pensar siquiera que a los que nos ha tocado quedarnos iremos muriendo un poquito cada día, cuando llegue nuestro cumpleaños y no recibamos la felicitación del ser querido, cuando queramos compartir con él una alegría, una tristeza, una cotidianidad. Rompe sin piedad corazones, familias y sentimientos, dejándonos en la desolación de aprender a vivir con un agujero en el alma.

1 comentario:

Niurka Dreke dijo...

Asi es, rotunda, sin contemplaciones, con un agujero en el alma. Besos, Yo/