La rutina es esa gran rueda en la que todos estamos inmersos, que gira y gira sin que ni tan sólo tengamos conciencia de ello. Está presente en todos los rincones del planeta y en todos los tiempos de nuestra vida, desde que nacemos hasta el momento de nuestra muerte. De hecho, ella dirige nuestras vidas y cuando en algún momento deja de hacerlo, acabamos echándola de menos, supongo que por la connotación que lleva de seguridad. Por muy odiada que sea, es ella la que nos indica que todo va sobre ruedas, que el factor sorpresa no nos tomará por sorpresa, que la vida sigue como siempre. Tiene incluso la 'habilidad' de llevar a su terreno la novedad, lo diferente. ¿Quién no ha empezado sus vacaciones entusiasmado y ha llegado al final de ellas hastiado por la rutina? Sólo hay que observar las playas al principio del verano, están llenas de gente que deseando romper la rutina del invierno se lanzan a tomar baños de agua y sol, en cambio, al llegar septiembre todos estamos deseando volver a cambiar nuestras actividades.Como este ejemplo, podríamos llenar más páginas de ellos.
No estoy fuera del pensamiento más común y generalizado de odiarla, pero también es cierto que sin su presencia en nuestras vidas no podríamos apreciar ni darle el justo valor a aquellos hechos que escapan de ella y le ponen una guinda al pastel de la vida. Claro que a veces rompemos con la rutina por hechos que no desearíamos y entonces es cuando se la ama y añora.
1 comentario:
De acuerdo, la rutina es lo queme indica que la cosa va sobre ruedas, siempre hace falta un eje sobre el cual girar y uno va dandole a ese eje todas las vueltas que quiera, o aminora la marcha o da marcha atras, o acelera, cada cual con su ritmo. Pero es bueno que el eje siga ahi, como el mundo.
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