jueves, 13 de marzo de 2008

CARTA A MI PADRE


Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros.
Miguel de Unamuno


Hace días que quería escribirte, pero tu partida me sumió en la más absoluta desolación. No he podido juntar más de cuatro palabras con coherencia. Es como si en el interior de mi mente hubiera habido una explosión y se hubieran mezclado conceptos. No hallo términos y me olvido de todo. No estoy bien en ninguna parte, dejo inacabado todo lo que estoy haciendo para empezar una nueva actividad, es como si intentara encontrar un lugar, un punto exacto donde no me sintiera como me estoy sintiendo, sin saber que en ningún sitio hallaré la paz que necesito, porque la realidad me golpea continuamente.

Me siento como una niña pequeña perdida en una multitud de gentío, personajes hostiles y desconocidos, que ha perdido la mano de su padre, de la cual iba cogida. Miro a todos lados, no te encuentro, ando desesperada intentando hallarte, pero no te hallo, lloro, te llamo, pero sigues sin aparecer. Entonces me doy cuenta de que he de aprender a vivir sin tu guía, tu apoyo, y es cuando no encuentro consuelo alguno.

Intento vislumbrar un pequeño rayo de luz en medio de tanta y profunda oscuridad, que me de un motivo para seguir adelante. Intento pensar en los buenos momentos. Pienso que he sido muy afortunada de tenerte como padre, que he podido disfrutar de eso una buena parte de mi vida. Has sido y sigues siendo el mejor ejemplo que he podido tener. Tu amor a la familia, tu honestidad, tu altruismo, tu instinto de superación, tu valentía , hacen de tí la mejor persona que he conocido. Me has dado amor, cariño , y me has enseñado el correcto camino por el cual debía transitar. La enfermedad que golpeó tu vida y las nuestras fue un motivo más para demostrar tu coraje, para enseñarme que se debe luchar hasta el último momento por lo que más quieres, aunque no haya ni un atisbo de esperanza de lograr vencer esa batalla. Y se debe luchar con la sonrisa en los labios y mirando de frente, como tú siempre has hecho.

Gracias papa por todo lo que has aportado y sigues aportando a mi vida. Y desde aquí te digo que no voy a aprender nunca a vivir sin tí, porque tú siempre estarás en mí.

Buenos Aires, 12 de marzo de 2008.

2 comentarios:

Niurka Dreke dijo...

Io, dicen que uno no se muere un solo dia, que se va uno muriendo de a poquito, cada vez que nos pasan estas cosas, y yo lo creo sinceramente, tambien creo que cuando se mueren los padres, se pierde esa sombrilla protectora que existe solo porque ellos estan, aunque nos ocupemos nosotros de ellos, y as ahi cuando uno comienza a ser verdaderamente adulto. No puedo decirte mas, tu vida ha cambiado para toda la vida y no hay nada que lo repare, creo que debes aplicar todo lo que te enseno y seguir luchando con una sonrisa en los labios y mirando de frente en homenaje a el.

almir dijo...

Gracias katana por tus palabras y por estar a mi lado siempre.